Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft dos grandes e importantes mujeres coetáneas y con el mismo objetivo, conseguir la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Ambas se adelantaron con su debate político y feminista para la no exclusión de las mujeres de la esfera pública.
Olympia de Gouges, hija ilegítima, contrajo matrimonio a los quince años con un tal Aubry, el cual murió al poco tiempo, dejándole unos 70.000 francos de renta. Pasó entonces a París, en donde tomó el nombre de Olympia de Gauges y se dedicó a la literatura. no volvió a contraer matrimonio dijo " el matrimonio es el cementerio del amor".
Con la ilustración llega también la revolución francesa y las mujeres tienen que mirar perplejas como quedan excluidas de todos los derechos civiles y políticos, aún participando activamente en la revolución, el 28 de Agosto de 1789 se proclama la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, de los que las mujeres no forman parte, ni de la Asamblea Nacional ni los “cuadernos de quejas” donde los tres estamentos, Clero, nobleza y el Tercer poder, el pueblo podían escribir sus quejas. Pero las quejas de las mujeres no fueron atendidas y Dos años mas tarde Olimpia de Gouges publicó la réplica feminista, de la que más adelante hablaré, “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la ciudadana”, donde denunciaba que la revolución había denegado los derechos políticos y civiles a las mujeres, y por lo tanto los revolucionarios mentían cuando se les llenaba la boca de principios universales como la igualdad y la libertad.
Escribió numerosas obras teatrales, además de novelas y opúsculos político-sociales, y dirigió el periódico L' Impatient. Fundó la Société populaire de femmes. Como escritora de obras de teatro intenta encarecidamente poder representar su obra pero después de tener un percance con el alcalde de París retiran su obra de la cartelera (defensa de los negros). Entonces manda empapelar París con panfletos contra Robespierre y empieza su persecución.
Pero aun teniendo toda esta actividad literaria, la mentalidad de la época queda reflejada en la carta del padre:
“No esperéis señora que me muestre de acuerdo con vos sobre este punto. Si las personas de vuestro sexo pretenden convertirse en razonables y profundas en sus obras, ¿en qué nos convertiríamos nosotros los hombres, hoy en día tan ligeros y superficiales? Adiós a la superioridad de la que nos sentimos tan orgullosos. Las mujeres dictarían las leyes. Esta revolución sería peligrosa. Así pues, deseo que las Damas no se pongan el birrete de Doctor y que conserven su frivolidad hasta en los escritos. En tanto que carezcan de sentido común serán adorables. Las mujeres sabias de Molièr Las mujeres pueden escribir, pero conviene para la felicidad del mundo que no tengan pretensiones”.
Como bien confirma el padre el “hombre” es el superior y el que tiene el poder. Olympia se niega rotundamente a aceptar esta realidad y escribe como he comentado anteriormente la obra más importante, o por lo menos la que le cuesta la vida, “La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la ciudadana” porque no solo expone todas las desigualdades sino que especifica que estas son debidas al poder masculino.
Denunciaba que la revolución hubiera olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador. En contra de lo que proclamaba para los hombres.
Así afirmaba que “la mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos” y que “la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación”.
Ella lo tenia bastante claro quería para las mujeres libertad, igualdad y derechos políticos y sociales, especialmente el derecho al voto para las mujeres ya que estas no tenían el rango de ciudadanas conseguido por los hombres.
En la declaración de los derechos de la mujer y ciudadana dice en su preámbulo:
“Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (...)”.
Ella pensó que las mujeres podían conseguir lo mismo que los hombres lograron con la revolución y termina su declaración:
“Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.”
En la misma época pero en Inglaterra nace Mary Wollstonecraft, pasa su juventud defendiendo a su madre de las palizas del padre. De los 19 a los 28 años ejerce los empleos típicos de las mujeres de aquella época, dama de compañía, maestra e institutriz. Es una mujer acostumbra a la libertad. A los 28 años le ofrece una casa y trabajo como escritora y traductora. En esta casa se forma y se dedica plenamente a su formación, a la vida política e intelectual.
Escribe Vindicación de los derechos del hombre, tiene un éxito rotundo e insólito y decide escribir su continuación “Vindicación de los derechos de la mujer”, hace una reivindicación moral de la individualidad de las mujeres y de la capacidad de elección de su propio destino y demostrar que la mujer al igual que el hombre estaban dotadas de una capacidad racional innata e innegable.
Los conservadores le lanzaron su odio apodándola “la hiena con faldas” aunque eso no impidió que se convirtiera en la mujer más famosa de Europa. Tiene dos hijas ilegítimas, con la segunda se casa, siendo fuerte mente criticada por no ser coherente con lo que predica. Muere después de dar a luz, por unas fiebres puerperales, esta hija es Mary Shelley (Frankensyein).
Con su obra “Vindicación de los derechos de la mujer” Inicia los caminos del feminismo del SXIX, condena la educación que se daba a las mujeres porque las hacía “más artificiales y débiles de carácter de lo que de otra forma podían haber sido”, y porque deformaba sus valores con “nociones equivocadas de la excelencia femenina”.
Una de las las aportaciones mas importantes es que atribuye al Estado la responsabilidad de la educación femenina, por otra parte, trata de dar una réplica a los libros de conducta o educación que en la época constituían un instrumento de reforma social, y donde quedaban expuestas las diversas ideas sobre el papel de la mujer en la nueva sociedad burguesa así como la forma en que éstas debían ser educadas. Para ella el objetivo principal de la educación debía ser conseguir carácter como ser humano, independientemente del sexo al que se pertenezca.
Mary Wolstonecraft defenderá en su obra que las diferencias entre los sexos son artificiales, un producto sociocultural y que hay muchos prejuicios y convencionalismos sociales.
Defiende que son las circunstancias las que han determinado la “inferioridad” femenina, no su naturaleza; “inferioridad” que ha sido perpetuada e institucionalizada a través de escritos, costumbres y valores sociales. Dice que los libros para la educación de las mujeres " que manejan un lenguaje capciosamente naturalizado que ha acabado por confundir a las mujeres, causándoles problemas de identidad, y las ha alejado de su verdadera naturaleza e interés y que, finalmente, les impide discriminar la verdadera virtud de la que sólo lo parece; las mujeres confundían la virtud con la reputación”.
Mary combatirá con vehemencia la lógica rusoniana de que la mujer ha sido creada para dar placer y someterse al hombre, y de que la educación femenina debe estar orientada a hacer de las mujeres objetos de placer sexual, siendo éste su verdadera fuente de poder sobre el hombre. Dice Rousseau: “Educad a las mujeres como a los hombres y cuanto más se parezca a nuestro sexo, menos poder tendrán sobre nosotros”; a lo que Mary responde, con furia : “Esto es exactamente lo que pretendo. No deseo que tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.
Para terminar con Mary Wolstonecraft ratifico lo que Mary Shelley dijo de su madre:“(era) uno de esos seres que sólo aparecen una vez por generación, para arrojar sobre la humanidad un rayo de luz sobrenatural. Ella brilla, aunque parezca oscurecerse y los hombres la crean apagada, pero se reanima de repente para brillar eternamente”.
Si las mujeres de hoy tenemos derechos y libertades sin duda se lo debemos a Olympia de Gouges y a Mary Wollstonecraft las dos vivieron en una época donde el único fin de la mujer era el matrimonio y la crianza. Los grandes filósofos se esmeraban con su pensamiento y sus teorías para que así sucediera, para que nada cambiara y para que las mujeres siguieran a su servicio. Pero ambas se revelaron, trabajaron y lucharon por conseguir lo que querían. Fueron autodidactas ya que en esa época la mujer no podía estudiar, utilizaron la fuerza de la razón ignorando y rechazando la máxima de que la mujer no la tenía, asustaron e intimidaron a los hombres pues se ganaron ambas las críticas de ellos y eso que eran ilustrados. Y lo más importante fueron libres en una época donde todo estaba en su contra.
Vivieron la vida que desearon Olympia no volvió a contraer matrimonio para seguir libre y no rendirle cuentas a nadie y sobre todo para poder estudiar, escribir y hacer política y Mary no contrajo matrimonio hasta el final, tubo dos hijas ilegítimas, con lo que eso significaba, me puedo imaginar la fuerza que tiene que tener una persona en este caso mujer para hacer lo contrario que la sociedad espera de ti, sobretodo una sociedad tan estricta como aquella, donde las formas, la virtud y las apariencias eran valores bastante importantes.
Se dedicaron a escribir hasta el punto que Wollstonecraft se ganaba la vida con ello, hay que recordar que hablamos del S XVIII. No se resignaron con lo que la época y los hombres le otorgaron por el hecho de ser mujeres. Fueron valientes, estaban seguras de lo que querían y trabajaron para conseguirlo, bueno mas bien lucharon. Las dos poseen una amplia obra literaria y política que se ha convertido en los pilares del feminismo.
Tenían la misma percepción, la situación de las mujeres era consecuencia de la cultura y de la educación y el gran responsable era el hombre, y su gran deseo de dominar y de no perder privilegios. Las dos le hicieron frente utilizando su inteligencia y su razón a dos hombres poderosos, muy poderosos de la época, Olympia a Robespierre y Mary a Rousseau.
Olympia de Gouges se enfrento a los revolucionarios, hombres que consiguieron derechos civiles y políticos y no se conformó con eso, los dejo en evidencia reclamando la igualdad con sus mismas palabras y animando a las mujeres a que se sublevaran, que se dieran cuenta que la revolución las había dejado de lado, en definitiva que estaban en un sistema patriarcal y que como ellas no se revelaran desde luego nadie lo haría en su lugar.
Es asombroso lo que estas dos mujeres hicieron, sembraron el camino para que las siguientes recogiéramos. Pienso que las mujeres de hoy tenemos la responsabilidad de seguir con el trabajo para conseguir la igualdad de derechos y oportunidades, no podemos acomodarnos y sobre todo no podemos dejar de lado el hecho de que vivimos en una sociedad patriarcal, que sigue intentando dominarnos con otras teorías y pensamientos acomodados a esta época pero con el mismo fin, dejarnos a las mujeres relegadas. Tenemos la obligación de recordar el trabajo realizado por estas dos antecesoras que incluso a una le costo la vida.
“La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece al otro; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer no tiene más límite que la tiranía que el hombre le opone; estos límites deben ser reformados por las leyes de la naturaleza y la razón” Olympe de Goyge.
¿Quién ha erigido al hombre en único juez si la mujer comparte con él el don de la razón? Mary Wollstonecraft.
“Quiero al hombre como compañero; pero su cetro, real o usurpado, no se extiende hasta mí, a no ser que la razón de un individuo reclame mi homenaje; e incluso entonces la sumisión es a la razón y no al hombre”. Mary Wollstonecraft.
“La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece al otro; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer no tiene más límite que la tiranía que el hombre le opone; estos límites deben ser reformados por las leyes de la naturaleza y la razón” Olympe de Goyge.
¿Quién ha erigido al hombre en único juez si la mujer comparte con él el don de la razón? Mary Wollstonecraft
“Quiero al hombre como compañero; pero su cetro, real o usurpado, no se extiende hasta mí, a no ser que la razón de un individuo reclame mi homenaje; e incluso entonces la sumisión es a la razón y no al hombre”. Mary Wollstonecraft.