No sólo influye en esta respuesta la capacidad individual de cada persona sino también lo aprendido, tanto en nuestra familia como en nuestro entorno, en definitiva la socialización. Y en este campo las mujeres hemos salido ampliamente perjudicadas, ya que desde pequeñas nos enseñan que nuestra misión en la vida es ser madres y esposas, encargarnos de las tareas del hogar y por supuesto ser sumisas e inferiores a los hombres. Solo hay que ver los anuncios de televisión donde las mujeres somos objetos sexuales y donde una imagen –dicen, vale más que mil palabras-, que para anunciar cualquier cosa siempre ha de salir una mujer medio desnuda o en actitud provocativa.
Y entonces me planteo que esto tiene que venir de algún sitio, que en algún momento de la historia de la humanidad tuvimos que ser relegadas a un segundo plano. Buscando nuestros orígenes, donde se encuentre el principio de todo,- me refiero a nuestra opresión claro-, me doy cuenta que las mujeres en el principio de los tiempos no estábamos sometidas, hubo un tiempo en que sí podíamos estar en igualdad con los hombres y como digo buscando y buscando lo encuentro.
Según la literatura hebrea, en la Cábala, Lilith fue la primera mujer, creada antes que Eva .Hecha de arcilla lo mismo que Adam, “macho y hembra los creó” y de esta manera fueron convertidos en iguales. Pero Lilith no quiso ser sometida y huyó del paraíso convirtiéndose en un “demonio” y aquí empezó nuestra desdicha, ya el mal nos rodea como una nube tormentosa. Como Adam no quería estar solo Dios creó a Eva de su costilla. Este acto inocente supuso el principio de la sumisión y la dependencia de las mujeres, después de lo de la manzana ya Eva es la culpable, y con ella todas las mujeres, de las desdichas de la humanidad, grabándose en el inconsciente colectivo la responsabilidad femenina de todos los males.
Bueno esta es parte de la historia de la humanidad formada y creada por personas unas con criterio y otras sin él pero desde luego todas y cada una de ellas dejando su granito de arena, su huella y su marca.
Pero aunque esta sea nuestra herencia no está todo perdido, es difícil remontar siglos de exclusión, tiranía e incomprensión, por decir poco, sin embargo las mujeres hemos sido capaces – incluso aunque los hombres en su intento de salir adelante siempre han tenido ventaja-, de resurgir de nuestras cenizas, y por ello no podemos perder la esperanza ya que ésta es el motor que moverá todas nuestras propuestas e iniciativas.
Es muy importante que veamos la capacidad y valentía de muchas mujeres, fuertes unas y otras no tanto, pero todas si se lo proponen pueden conseguir lo que se planteen, lo importante es centrarse en una misma, ver qué aspectos de nuestra vida, de nuestra manera de pensar y de comportarnos tenemos que modificar y ponernos manos a la obra. El camino se hace andando que dijo Machado.
Recordar que la felicidad empieza en el mismo momento que se decide buscarla. Los mensajes negativos y las cargas recibidas anteriormente se pueden sustituir por mensajes positivos y liberación. Esa mochila donde llevamos las culpas, el miedo y el peso de siglos se puede vaciar. Hay que poner en el pensamiento lo que queremos conseguir y a partir de ahí es cuestión de tiempo y trabajo personal. Tenemos que aplicar el dicho y el hecho de que creer es igual a crear.
Hay que retomar lo de la deconstrucción de lo aprendido, de aquella parte que nos perjudica, la que no nos deja crecer. No es un camino fácil pero se puede lograr. No hay que aferrarse a borrar la información ya que esto produce un agotamiento supremo, sino hay que sustituirla por información nueva. Tenemos que tomar la firme decisión de que queremos cambiar, que rechazamos lo aprendido y transmitido siglo tras siglo y queremos empezar de nuevo.
Pero lo más importante de todo es que al final solo tenemos que elegir ser hijas de Eva o hijas de Lilith.
LOLA DELGADO RODRÍGUEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario